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Uso de IA y robots para construir conexiones sociales para todos los estudiantes

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Cuando Rebecca Ramnauth habla de IA y robots, no habla de si reemplazarán las tareas humanas o facilitarán una enseñanza y un aprendizaje más eficientes. En cambio, analiza las formas en que la IA y los robots pueden ayudarnos a conectarnos mejor entre nosotros como humanos. 

Un candidato a doctorado que trabaja en el Laboratorio de robótica social de Yale En Connecticut, Ramnauth ha dedicado su carrera a construir robots como herramientas para comprender cómo trabaja la gente. Una parte clave de su investigación es estudiar cómo se pueden utilizar los robots y la inteligencia artificial para ayudar mejor a las personas en general, pero específicamente a las personas con autismo. 

Ramnauth habló sobre su trabajo y esta prometedora rama de la investigación en inteligencia artificial y robótica como oradora principal en la Cumbre tecnológica de escuelas de la ciudad de Nueva York 2024 en marzo. En una entrevista de seguimiento, comparte lo que inspiró su interés, el éxito que ha tenido el trabajo hasta ahora y las implicaciones para los educadores. 

Uso de inteligencia artificial y robots para ayudar a los estudiantes con autismo: una conexión personal 

Un retrato de Rebecca Ramnauth

(Crédito de la imagen: cortesía de Rebecca Ramnauth)

El interés de Ramnauth en este campo se inspiró en su hermana menor, a quien le diagnosticaron autismo. 

"Vi cómo creció y algunas de las dificultades que enfrentó", dice Ramnauth. “Para ella hacer amigos es diferente. Cosas que damos por sentado, como entablar una pequeña charla, tener una cita, ser interrumpido por una alarma o una ambulancia cruzando la calle corriendo, son situaciones cotidianas, pero ella ve el mundo de manera muy diferente en cada una de esas situaciones. contextos”. 

Inspirada por su hermana, Ramnauth decidió estudiar formas en que se podrían desarrollar herramientas educativas sobre robots de asistencia social. Esta fue una tarea ambiciosa ya que la mayoría de las investigaciones sobre tecnología de asistencia se han centrado en la asistencia física. Ramnauth y sus colegas, sin embargo, están logrando grandes avances en materia de asistencia social. 

Un estudio piloto lleno de promesas  

Un área en la que Ramnauth decidió investigar fue el contacto visual, que puede ser algo que muchas personas con autismo pueden tener dificultades para mantener. 

En un pequeño estudio piloto, Ramnauth y sus colegas prestaron robots a niños con autismo y a sus padres en Connecticut. "El robot hizo algo muy simple: simplemente miró al niño, esperó hasta que el niño hizo contacto visual, luego miró al padre y luego volvió a mirar al niño", dice Reamnauth. "La idea era que el robot modelara la atención compartida y que, con suerte, el niño mirara al robot y luego se volviera para mirar a sus padres y estuviera dispuesto a entablar algún tipo de conversación".

Ramnauth y sus colegas investigadores descubrieron que los niños que recibieron los robots entablaron conversaciones más naturales y espontáneas con su familia, y que estas interacciones fueron estadísticamente significativas. 

Esto fue notable, dice Ramnauth, dado que los robots eran bastante básicos: esencialmente pantallas con ojos que podían girar. Los robots también utilizaron sólo tecnología básica de IA para el reconocimiento facial.

Próximos pasos para la investigación

Este estudio piloto fue pequeño con sólo 30 participantes y es difícil hacer generalizaciones radicales, pero los resultados son lo suficientemente convincentes como para sugerir futuras áreas de investigación. 

"Es una muestra lo suficientemente grande como para decir algo sobre cómo debemos diseñar la tecnología y que existe el potencial de que esta tecnología sea útil", dice Ramnauth. "Estos resultados son lo suficientemente interesantes como para que haya médicos que estén empezando a prestar atención a esta tecnología". 

Agrega que después del éxito de este proyecto, han escuchado de varias instituciones que buscan usar estos robots, incluido un centro pediátrico para interactuar con niños que están experimentando mucho estrés, así como una escuela en Brooklyn que trabaja con varios niños con diferentes necesidades. . “Están construyendo una sala sensorial para sus Aula TIC”, dice, que será un espacio donde los estudiantes podrán ir y desintoxicarse del entorno de aprendizaje tradicional. “Pero [dijeron]: 'Queremos algo que no sean sólo juguetes'. Queremos algo que los atraiga y que encienda su cerebro de una manera que los juguetes o los libros simplemente no pueden hacerlo'”. 

Otras oportunidades para los robots en las escuelas  

Las implicaciones educativas de los robots impulsados ​​por IA para conectarse socialmente con los estudiantes y facilitar el aprendizaje van más allá de la investigación específica de Ramnauth. Investigaciones anteriores han descubierto que los niños responden a los robots de manera similar a otras interacciones sociales, siempre que el robot tenga ojos y se mueva físicamente en el mundo, dice Ramnauth. Los tipos de interacciones sociales que pueden proporcionar los robots que cumplen con estos requisitos son amplios. 

"Hemos realizado estudios que van desde enseñar lenguaje de señas a bebés sordos hasta enseñar inglés a hablantes no nativos de inglés, o simplemente instrucción básica en el aula, como enseñar habilidades matemáticas o de lectura", dice Ramnauth. 

Además, los robots pueden facilitar algo más que el aprendizaje de una materia. "Lo que encuentro más interesante son las implicaciones sociales", dice Ramnauth. “Puede animar al niño más tranquilo del aula a hablar más cuando hay un robot en su grupo. O hay mucho más trabajo en equipo. Hemos visto que es mucho más probable que los estudiantes pidan ayuda cuando ven un robot pidiendo ayuda”. 

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